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Autores:

Stads, Gert -Jan; Zúñiga, Car los Covarrubias

Año:

2008

Editor:

Instituto Internacional de Investigaciones sobre Políticas Alimentarias (IFPRI); y Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA)

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Publicaciones

A pesar de la disminución del volumen total de investigadores del INIA en los últimos años, la capacidad total de investigación agropecuaria de Chile aumentó progresivamente durante el período 1981-2006. En 2006, el país empleaba a casi 700 científicos ETC en actividades de I&D agropecuaria. Sin embargo, el gasto del país en I&D agropecuaria registró una evolución más errática. La finalización de un importante proyecto financiado por el BID, junto con la reducción de costes decidida por el INIA, dio lugar a una disminución progresiva del gasto del país desde finales de los años 1990. En 2006, Chile invirtió casi $100 millones (en precios constantes de 2005) en I&D agropecuaria, es decir un 1,22 por ciento de su PIB Ag. A pesar de la disminución del gasto en I&D agropecuaria en los últimos años, Chile se encuentra en una situación favorable en comparación con sus homólogos latinoamericanos en cuanto a intensidad de inversión en I&D agropecuaria por parte del sector público.

Aunque los recursos generados internamente juegan un papel importante en el financiamiento del I&D agropecuaria de Chile, la mayor parte de las inversiones del país en I&D está financiada por el gobierno nacional, sea mediante asignaciones generales o a través de varios fondos por concurso que suelen exigir un  financiamiento correlativo por parte de los socios del sector productivo/privado. En Chile coexisten muchos fondos por concurso que brindan su apoyo al I&D  agropecuaria y que, a veces, ven como sus actividades se solapan o duplican, otras veces sus programas de investigación quedan incluidos en una cartera de proyectos incoherente y, por último, no siempre abarcan las prioridades del país en su conjunto. Sin embargo, estos fondos por concurso han mejorado la  colaboración entre agencias de I&D, entre las agencias y el sector privado, y parece ser que han hecho mucho más eficiente el funcionamiento diario de muchas agencias de I&D.

En general, el sistema de I&D agropecuaria de Chile cuenta con el personal y los fondos adecuados, y ha jugado un papel crucial en la creación de las industrias del salmón, el vino y las frutas en el país durante las últimas décadas. Sin embargo, la estructura institucional compleja de los diferentes fondos por concurso y agencias involucradas en la formulación de la política de C&T da lugar a veces a procedimientos confusos y a un solapamiento y una duplicación de las actividades que resultan innecesarios (y costosos). La creación de un único y eficiente instituto nacional encargado de la política de C&T podría resolver muchos de estos problemas. Además, el país necesita una estrategia clara a largo plazo que involucre a los sectores privado y público si desea mantener su competitividad en un mercado global.