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Autores:

Stads, Gert-Jan; López, Georgel Moctezuma; Espinosa García, José Antonio; Cuevas Reyes, Venancio; Barrera, José Luis Jolalpa

Año:

2008

Editor:

Instituto Internacional de Investigaciones sobre Políticas Alimentarias (IFPRI); y Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias )INIFAP)

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La capacidad total de I&D agropecuario público en México ha aumentado paulatinamente durante las dos últimas décadas. En 2006, el volumen total de personal de investigación agropecuaria etc que empleaba el país era superior a 4.000 personas, lo que situaba a México en segundo lugar en cuanto a I&D agropecuario en América Latina, por detrás de Brasil. Sin embargo, esta estructura institucional del i&d agropecuario del país se está diversificando progresivamente. Desde principios de los años 1990, se observaron incrementos del personal de investigación en el sector de la educación superior y en las agencias gubernamentales, excepto en el INIFAP donde las cifras totales han experimentado un declive continuo. Este instituto sufrió un duro golpe en diciembre de 2007 cuando el gobierno mexicano anunció un plan voluntario de jubilación anticipada y perdió a 280 científicos casi de inmediato. La edad promedio del equipo de investigación actual del INIFAP es de 52 años, lo que significa que muchos más científicos podrán jubilarse en la próxima década.

El gasto total en I&D agropecuario en México ha aumentado progresivamente desde principios de los años 1990, debido principalmente a mayores inversiones por parte del sector de la educación superior y de las agencias gubernamentales, excepto el INIFAP. En 2006, México invirtió $518 millones (en precios PPC constantes de 2005) en I&D agropecuario o 1,27 por ciento del valor de la producción agrícola del país. Una tendencia similar se observó en la composición del gasto público de
México en investigación agropecuaria donde las otras agencias gubernamentales y el sector de la educación superior ganaron terreno progresivamente en detrimento del INIFAP.

La I&D agropecuario de México está financiado en gran medida por el gobierno nacional, siendo la SAGARPA la que asigna los fondos a las principales universidades de agricultura y la SHCP la que financia directamente el INIFAP. El sector privado financia algunas de las actividades de investigación del INIFAP, el ColPos y la UACh, pero este sector parece preferir los contratos de investigación con institutos de renombre internacional como el Tecnológico de Monterrey y el CINVESTAV. En estos últimos años, varios fondos por concurso (a nivel nacional, estatal y sectorial) han tenido mayor presencia en el financiamiento del I&D agropecuario.

En general, el sistema de I&D agropecuario público de México parece disponer de los recursos humanos y financieros adecuados si se compara con otros países de la región y con otras regiones en desarrollo. Sin embargo, el gran número de agencias de I&D agropecuario repartidas por el país, que a menudo cuentan con muy pocos investigadores y proyectos de investigación que se soportan, hace que el sistema de investigación agropecuaria de México sea algo limitado e ineficiente. También ha creado un ambiente en el que las agencias con fondos suficientes realizan una investigación de punta conviven con otras agencias menos productivas que luchan por encontrar fondos. Se pueden lograr mayores economías de escala y de alcance si las agencias de I&D agropecuario de México siguen integrando mejor sus actividades de investigación. Una distribución más eficiente de los fondos para la investigación agropecuaria y una estrategia nacional de investigación a largo plazo que sea clara y que implique tanto al sector privado como al público ayudarían a lograr ese objetivo.